El nivel de satisfacción en la vida sexual de una pareja está estrechamente vinculado al nivel de comunicación entre ellos. Así como aprendemos técnicas adecuadas de redacción, también debemos aprender a hablar de manera efectiva sobre la intimidad con nuestra pareja para crear un entorno mutuamente beneficioso y saludable para ambos individuos.
Ser honesto y abierto con uno mismo es crucial cuando se habla de intimidad, al igual que en cualquier otro aspecto de una relación.
Maniobra preliminar
Antes de tener una conversación sobre sexo, es importante prepararse de antemano si no es un tema que se discuta habitualmente en la relación. Es esencial tener un objetivo claro en mente: ¿quieres introducir algo nuevo en tu vida sexual, sugerir una determinada práctica o expresar tu insatisfacción con algo? Sin un enfoque claro, la conversación puede convertirse fácilmente en acusaciones y quejas mutuas. Es normal que todos los involucrados se sientan estresados al hablar de asuntos íntimos al principio.
¿Qué es lo que realmente quieres? Decir simplemente "quiero probar algo nuevo" no es una estrategia eficaz. Lo más probable es que tu pareja se sienta confundida y no esté segura de lo que quieres decir.
¿Cuál es tu razón para querer esto? La opción de “Tengo curiosidad” también puede ser suficiente. Sin embargo, es fundamental aclarar que este deseo surge de tu propio interés personal, y no simplemente de seguir la tendencia de “todos los demás lo han hecho”.
¿Por qué esto podría resultar interesante para la pareja? Un aspecto clave de una relación sexual satisfactoria es el placer compartido. ¿Cómo puede la pareja experimentar placer al probar algo nuevo ?
Siguiendo adelante
A muchos de nosotros nos cuesta hablar de nuestras experiencias sexuales y nos apoyamos en métodos inadecuados. En las conversaciones, recurrimos a técnicas que, si bien son efectivas, dejan un impacto dañino y negativo en nuestras relaciones.
Nos referimos a la manipulación, la persuasión, las amenazas, el chantaje emocional y la tentación de poner a prueba los límites. Si alguna de estas situaciones se da en tu relación, es importante que consideres la estructura general de la conexión entre tú y tu pareja. Estos problemas no están relacionados con el sexo, sino con la dinámica de la relación.
La agresión pasiva también puede ser perjudicial. Si te encuentras usando frases como "Tú siempre", "Tú nunca" o "Bueno, ¿quién lo hubiera pensado?", es importante que planifiques tus respuestas con anticipación. Evita usar un lenguaje agresivo y sarcástico durante la conversación.
Cuando hablamos de sexo, es común utilizar el "principio del yo": expresar lo que uno siente y lo que desea. Sin embargo, es importante equilibrar esto incluyendo a la pareja en la conversación, de lo contrario, puede cuestionar su importancia en ella.
Otro consejo es evitar ser negativo: en lugar de decir "No lo hagas de esta manera", di "Preferiría que lo hicieras de esta manera". Sin embargo, es importante expresar tu insatisfacción y sugerir un enfoque alternativo. Si no se aborda, puede resultar confuso para la otra persona: se le indicó que cambiara su comportamiento, pero no se le dijo explícitamente que dejara de hacerlo de la manera anterior. Mantén una comunicación transparente y clara para evitar malentendidos.
Al comunicarse con su pareja, es importante hacerse responsable de sus sentimientos y expresarlos con claridad. En lugar de simplemente decir lo que no le hace feliz, ofrezca una posible solución y explique por qué funcionaría para usted. Si no está seguro, sugiera trabajar juntos para encontrar una solución. ¿Recuerda la importancia de la honestidad y la transparencia? Pero no deje que su pareja aborde sola un problema que no ha creado.
Por ejemplo, se podría decir: “He estado fingiendo tener orgasmos durante los últimos 10 años. Sólo quería que lo supieras”. ¿Qué debería hacer su pareja en esta situación? ¿Por qué sintió la necesidad de fingir? ¿Cómo debería reaccionar uno ante esta afirmación?
Si quieres sugerirle a tu pareja una nueva práctica, primero investiga a fondo sus aspectos y requisitos. No compliques las cosas mencionando el tema antes de estar verdaderamente preparado y seguro de quererlo.
Sin embargo, no recomendamos asistir a una sesión de coaching sexual ni comprar artículos para darle vida a la intimidad sin hablarlo antes con tu pareja. Es posible que tu pareja quiera asistir a la clase o visitar una tienda de artículos sexuales contigo y podría sentirse herida si se la deja fuera del proceso de toma de decisiones. O puede percibir tus acciones como presión, lo que le dificultará decir que no cuando hayas puesto esfuerzo y recursos en la planificación. Es importante darle siempre a tu pareja la oportunidad de rechazar la oferta, incluso si ya se han hecho planes.
"Oye, Google, ¿cómo empiezo?"
Si llevas 10 años en una relación y nunca has hablado de tu vida sexual, puede parecer imposible empezar ahora. Sin embargo, no es así. La mente humana es adaptable y es muy probable que en los últimos 10 años tu pareja haya reunido varios temas que quiere hablar pero que le daba miedo mencionar.
La primera regla es no sugerir nunca algo que en realidad no deseas. Si tu pareja está de acuerdo, te resultará difícil retractarte de lo que dijiste. Por otro lado, si se niega, seguirá habiendo un sentimiento de culpabilidad en la situación. El objetivo de una vida sexual saludable es brindar alegría y no complicar las relaciones.
Más que sexo
Puede resultar sorprendente, pero la vida de las personas implica mucho más que sus experiencias sexuales. Los miedos, los resentimientos y las historias personales suelen quedar en el olvido, lo que hace que sea aún más difícil compartirlos con una pareja. Por eso, cuando tu pareja finalmente se sincera sobre estos asuntos íntimos, ¿por qué debería estar prohibido hablar de sexo en vuestra relación? Es hora de romper el tabú y empezar la conversación .